miércoles, 24 de enero de 2018

Nieve: Regalo de los Magos de Oriente.


Este año los Magos de Oriente nos trajeron a todos aquí un regalo añadido: nieve.

Nieve pausada, tranquila y menuda desde buena hora de la mañana. Al caer el sol y durante la noche se convirtió en nieve enfurecida que volaba casi en horizontal gracias a la ventisca huracanada que silbó durante horas.

Más de una cuarta de nieve lo cubrió todo. Donde la ventisca había acumulado más nieve, el espesor superaba el medio metro.

El espectáculo era inigualable y lo disfrutamos de forma desigual.

Hubo quien no se atrevió a salir de casa por miedo a las caídas (fruto de experiencias pasadas) y quien salió como auténtico reportero gráfico. Otros, como turistas accidentales, hacían decenas de fotografías para enviar a familiares y amigos estampas de este paisaje mágico.

Los niños, y no tan niños, levantaron muñecos de nieve que han sido unos vecinos más durante diez días.

Los perros jugaron y se revolcaron en la nieve compitiendo con los niños en juego y disfrute.

Otros habitantes del pueblo, menudos y plumosos se atrevieron, tambaleantes, a pisar por primera vez esa superficie blanda y fría donde quedaban impresas sus sarmentosas huellas. Sí, las gallinas salieron curiosas a la nieve. La mayoría de ellas, por su juventud, no la conocían.

Las temperaturas nocturnas bajaron mucho, hasta los 14º C bajo cero. Y se formó otra belleza. Los carámbanos, chupones, chorlitos... adornaron todos los aleros. Puñales afilados de 30 ó 40 centímetros que cuando salió el sol y los atravesaba formando pequeños arcoiris al tiempo que lloraban su desgaste.

Siete días después volvió a nevar aunque no tan copiosamente pero alargó el disfrute del paisaje blanco.

Todavía hoy, en las umbrías, hay manchas blancas que alegran el paisaje.

Acabaremos este relato con algún refrán. El más conocido: “Año de nieves, año de bienes”. Otro dice: “Con nieve en enero, no hay año austero”. Y el último: “Buena es la nieve que en su tiempo viene”.


Restos de la ventisca (Alejandro)

Atardecer en la via de servicio (Alejandro)

Atardecer en el calvario (Alejandro)

Carámbanos y chorlitos (Alejandro)

Esto explica el frío, ¿nadie se le ocurrió cerrarla? (Alejandro)

Una silueta del pueblo (Alejandro)

Mucho sol y mucho frió  (Alejandro)

Sus primeros pasos sobre la alfombra blanca (Estaban)

Vuelta a casa por navidad (Estela)

Arboles nevados (Helena)

Los arboles de la iglesia (Helena)

El Ayuntamiento y la plaza nevados (Helena)

Wellcome to the city  (Helena)

¡Venga muchachada! A jugar al parque infantil (Helena)

Parece que ha nevado, cuidadín (Helena)

El valle nevado (Helena)

Nuestro mirador (Helena)

El pico de la torre (Helena)

Cualquiera sale de casa con la que ha caído (Maria Jesús)

Muñeco de nieve con sombrero (Pablo)

Vigilante jurado a la entrada del pueblo (Pablo)

Siguiendo el rastro (Pablo)

Tejados con visera (Pablo)

Alfombra blanca. (Sergio)

Muchas gracias a todos los autores de las fotos por compartirlas con nosotros y a nuestra amiga Inma por este fantástico texto. Esperamos que os haya gustado.