Este año los Magos
de Oriente nos trajeron a todos aquí un regalo añadido: nieve.
Nieve pausada,
tranquila y menuda desde buena hora de la mañana. Al caer el sol y
durante la noche se convirtió en nieve enfurecida que volaba casi en
horizontal gracias a la ventisca huracanada que silbó durante horas.
Más de una cuarta
de nieve lo cubrió todo. Donde la ventisca había acumulado más
nieve, el espesor superaba el medio metro.
El espectáculo era
inigualable y lo disfrutamos de forma desigual.
Hubo quien no se
atrevió a salir de casa por miedo a las caídas (fruto de
experiencias pasadas) y quien salió como auténtico reportero
gráfico. Otros, como turistas accidentales, hacían decenas de
fotografías para enviar a familiares y amigos estampas de este
paisaje mágico.
Los niños, y no
tan niños, levantaron muñecos de nieve que han sido unos vecinos
más durante diez días.
Los perros jugaron
y se revolcaron en la nieve compitiendo con los niños en juego y
disfrute.
Otros habitantes
del pueblo, menudos y plumosos se atrevieron, tambaleantes, a pisar
por primera vez esa superficie blanda y fría donde quedaban impresas
sus sarmentosas huellas. Sí, las gallinas salieron curiosas a la
nieve. La mayoría de ellas, por su juventud, no la conocían.
Las temperaturas
nocturnas bajaron mucho, hasta los 14º C bajo cero. Y se formó otra
belleza. Los carámbanos, chupones, chorlitos... adornaron todos los
aleros. Puñales afilados de 30 ó 40 centímetros que cuando salió
el sol y los atravesaba formando pequeños arcoiris al tiempo que
lloraban su desgaste.
Siete días después
volvió a nevar aunque no tan copiosamente pero alargó el disfrute
del paisaje blanco.
Todavía hoy, en
las umbrías, hay manchas blancas que alegran el paisaje.
Acabaremos este
relato con algún refrán. El más conocido: “Año de nieves, año
de bienes”. Otro dice: “Con nieve en enero, no hay año austero”.
Y el último: “Buena es la nieve que en su tiempo viene”.
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Restos de la ventisca (Alejandro) |
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Atardecer en la via de servicio (Alejandro) |
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Atardecer en el calvario (Alejandro) |
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Carámbanos y chorlitos (Alejandro) |
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Esto explica el frío, ¿nadie se le ocurrió cerrarla? (Alejandro) |
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Una silueta del pueblo (Alejandro) |
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Mucho sol y mucho frió (Alejandro) |
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Sus primeros pasos sobre la alfombra blanca (Estaban) |
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Vuelta a casa por navidad (Estela) |
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Arboles nevados (Helena) |
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Los arboles de la iglesia (Helena) |
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El Ayuntamiento y la plaza nevados (Helena) |
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Wellcome to the city (Helena) |
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¡Venga muchachada! A jugar al parque infantil (Helena) |
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Parece que ha nevado, cuidadín (Helena) |
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El valle nevado (Helena) |
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Nuestro mirador (Helena) |
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El pico de la torre (Helena) |
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Cualquiera sale de casa con la que ha caído (Maria Jesús) |
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Muñeco de nieve con sombrero (Pablo) |
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Vigilante jurado a la entrada del pueblo (Pablo) |
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Siguiendo el rastro (Pablo) |
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Tejados con visera (Pablo) |
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Alfombra blanca. (Sergio) |
Muchas gracias a todos los autores de las fotos por compartirlas con nosotros y a nuestra amiga Inma por este fantástico texto. Esperamos que os haya gustado.